La base de un diagnostico depende de reconocer los diferentes momentos de la enfermedad y de síntomas o signos de quien la padece.
Algunos cambios comprometen las esferas de la conciencia, la atención y el pensamiento, se debe reconocer la expresión de su alteración porque está se puede presentar mediante cambios graves de conducta o expresiones algo más sutiles como actitudes de incomprensión o quizás de agresividad.
Las posibilidades diagnosticas diferenciales incluyen trastornos cognitivos, efectivos y psicóticos.